La monotonía del anime.
Por: Arashistar
Últimamente los animes están retratando la motivación cultural de los habitantes del país nipón.
Y al darse cuenta, por medio de una análisis especializado de las historias, el elemento desencadenante de las situaciones, es el hastío.
Los protagonistas simplemente padecen de la monotonía de una sociedad, que se excede en exigencias; pero que a la vez no ofrece nuevos retos.
Para los Otakus, Japón es la ciudad de la fantasía, la que tiene un nivel de perfección increíble, la meca de la tecnología, nivel económico superior y educación estricta pero excelente.
Por el contrario los jóvenes japoneses empiezan a entender la manera opresora con la que su sociedad funciona. Utilizan los videojuegos, el cosplay, el anime, el manga, y las modas, para escaparse a un mundo autocreado.
Death Note es el anime mas famoso del momento y nos relata la historia de Light Yagami, el alumno con mejores notas en todo Japón, es exitoso y guapo, pero su vida carece de emociones; en simultaneidad un Dios de la Muerte (Shinigami) sufre del mismo síndrome y deja caer su libreta de la muerte. Curiosamente la encuentra nuestro protagonista e incrédulo se atreve a escribir un nombre de un malhechor; por medio de la televisión se entera que ha asesinado a alguien por primera vez en su vida. A partir de este evento Light comienza a luchar para convertirse en el Dios del Mundo.
Por otra parte “La Melancolía de Haruhi Susumiya” es un anime más alegre y esta basada en una serie de libros que hablan sobre la pequeña Haruhi, estos libros se han convertido en el Harry Potter nipón.
Esta pequeña, es excéntrica pero esta desesperada por que su vida es mundana. Un día decide crear un club escolar, pero no acepta a gente normal, ella esta reclutando a fantasmas, vampiros, aliens, etc.
Haruhi pocas veces se percata que la gente que llega a su club es realmente extraordinaria.
Y como estos animes, hay ochenta mas, solo hay que ver estos títulos: FLCL, Paradise Kiss, Gantz y el mismísimo Evangelion. Estos animes están tratando de despertar a su gente retratando la realidad social y parecen ser la medicina contra la enfermedad del suicidio.
Aviso: Y no me voy, digan lo que digan, tal vez sea una columna independiente, pero no me voy.
Kissus, Arashistar*
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