LA SOMBRA DEL MURCIELAGO

LA SOMBRA DEL MURCIELAGO

martes, 16 de junio de 2009

CUENTOS CORTOS : " EL DESPERTAR"




Por: Antrax
Muy bien tal parece que los criticones que jamas están conformes con nada y jamas aportan nada de sus supuesta sabiduría, tienen a los lectores asustados de usar su imaginación para participar en este blog con este pequeño ejercicio, por lo que mi concejo para ustedes lectores temerosos de la critica es que no tengan temor, ni sientan vergüenza de que los "críticos" destrocen su trabajo, recuerden "hace más el que quiere que él que puede".

Suena el despertador 5:30 am., lo apago y con pesar me levanto, en el baño después de bañarme y afeitarme me veo al espejo y veo el rostro de la monotonía y el cansancio de la rutina de todos los días, otro día de lidiar con el transporté publico, el trafico, el metro, de sobrellevar a la gente del trabajo con sus actitudes banales y superfluas, miro mis ojos fijamente, no veo cierto brillo que tenia antaño, ni siquiera recuerdo cuando lo deje ver, aahh los años han pasado ya no soy lo que solía ser. Antes de irme veo a mis dos pequeños hijos aun dormidos, son lo único que me motiva a seguir adelante, con sus aventuras escolares y sus ocurrencias me hacer sonreír y también reír, con este pensamiento, me acerco sigiloso a sus camas y a cada uno le doy un beso, con el mismo sigilo salgo de su recámara y me dirijo a la puerta de la casa, al salir comienza mi calvario urbano.
Ya en el trabajo como todos los días los “intelectuales”, esgrimen sus opiniones sobre las noticias impresas en los diarios, comentarios sobre política, Deportes, espectáculos se dejan oír, la mayoría sin mayor trascendencia, hasta que llegan a la sección de “seguridad” la cual para variar desde hace unos años hace que los diarios “chorreen sangre” desde la primera plana, los comentarios van desde la in efectividad de las agencias policíacas, su solapamiento e implicación con los criminales hasta llegar a los derechos de los criminales, ¿Derechos? Pregunto para mis adentros, un par de criminales se aparecen te desplumas de lo poco que tienes y en el peor de los casos hasta te andan matando y ¿ y todavía se habla de que tienen derechos? Vaya para mi el único derecho que tienen morir, con este ultimo pensamiento inicio mi jornada diaria.
Después de un día de trabajo y de medio comer por que tuve que comprar un libro para uno de los niños me dispongo a salir del trabajo y me armo de paciencia para soportar el vía crucis urbano para regresar a casa, no es muy tarde, pero ya oscureció como todos los días tengo que rodear por el parque, cruzarlo es suicida los rateros han roto el alumbrado publico y sorprenden a los que se aventuran a cruzarlo, pero esta noche como no hay presas los lobos han decidido salir a buscarlas.
En mi camino me intercepta un joven no mayor de 25 años, me pide para “el chesco” aunque yo se que lo va usar para drogarse, no me meto en problemas le extiendo una moneda, el chaval protesta y me dice que le de para un “chesco mas grande”, en eso estoy cuando llega un segundo cabrón por atrás y me pone de un ligero golpe la pistola en la espalda, me dice que no “haga iris” y que camine con ellos al interior del parque, no caminamos mucho, unos 15 metros quizás pero ya estamos en las sombras, el de pistola la saca del interior de su sudadera y apuntándome me dice que no me mueva, el otro me pasa bascula, saca mi viejo celular y mi cartera, para su mala suerte y la mía solo traigo veinte pesos, -Pinche jodido- masculla el de la pistola y me pone una patada en el abdomen, la cual me dobla al piso, el otro también me patea – no vales la pena ni el tiempo ojete-, el otro nervioso le dice – jalale y Vámonos- con una rodilla en el piso y la otra en escuadra, tomo la pluma que llevo siempre en el bolsillo de la camisa, mi corazón late aprisa, veo que el de la pistola se acerca para apuntarme en la cabeza, sin pensarlo me impulso con la pierna en escuadra y con el brazo izquierdo bloqueo su movimiento del brazo armado, al mismo tiempo con la mano derecha le encajo la pluma en la cara, aprovechando el impulso tomado, mi pluma entra por uno de sus ojos hasta el fondo de su cabeza, alcanza a gritar de dolor pero cae de espaldas pesadamente, con un giro y aprovechando que mi mano izquierda bloqueo su brazo armado tomo la pistola con mi mano derecha y le disparo a su compañero 3 veces, el chico cae pero esta vivo, recojo mi cartera y mi celular, no veo a nadie mas, antes de sacar mi pluma de la cuenca de su ojo le pongo 2 tiros en la cabeza para estar seguro de que esta muerto, el otro me pide que no lo mate que solo quería una “piedra”, fríamente y sin mediar palabra alguna le disparo 2 veces en la cabeza y lo dejo muerto, sigo sin alcanzar a ver a nadie, pero los disparos atraerán a alguien así que cruzo el parque, mientras limpio la pistola con una franela que llevo en mi mochila, antes de salir a la luz veo que no haya nadie, quito el cargador, reviso que no quede alguna bala en la recámara y tiro la pistola en un bote de basura, al cargador le saco las balas que quedaban y lo tiro entre los matorrales, las balas las tiro por una coladera no podía arriesgarme a que algún niño la encontrara y se pusiera a jugar con ella si la tiraba así nada más.
Finalmente llegue al metro algo pálido supongo, mas tranquilo y con la adrenalina mas baja, pasan por mi mente los eventos anteriores, ¿cómo lo hice?, ¿cómo supe que hacer?, ¿ y sin ningún remordimiento?, meditando lo asocio a la adrenalina, me duele un poco el cuerpo las patadas de estos bueyes seguro, llego a casa y no comento nada, pero cuando todos están dormidos, yo no puedo hacerlo, me doy cuenta que a pesar de la edad el entrenamiento que hice en mi juventud no se ha ido, solo estaba aletargado, en medio de la noche hago un poco de ejercicio como en los viejos tiempos, saco esta ansiedad que me consume, cuando termino de bañarme y me veo al espejo veo mi rostro, en mis ojos veo un brillo que tenia años que no veía, esbozo una sonrisa de satisfacción y la sensación que me invade, ahora lo recuerdo hace años enfunde y selle mi espada, me olvide de una cruzada que considere inútil y le di un cambio a mi vida, pero hoy me vi obligado a desenfundar mi espada, esta noche después de muchos años el guerrero a despertarlo.

¡Hasta la próxima columna¡

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